¿Sabías que la mentalidad deportiva puede marcar más que la técnica? Descubre cómo Carlos Alcaraz sobrevivió a Queen’s gracias a su preparación física.
Más allá del marcador: lo que el duelo Alcaraz-Munar revela sobre la preparación física en tenis
Hay partidos de tenis que se ganan con la raqueta… y otros desde mucho antes de saltar a la pista. Lo vivido entre Carlos Alcaraz y Jaume Munar en Queen’s 2024 es de esos duelos donde la resistencia física y mental se convierten en el verdadero protagonista. ¿Por qué aguantó Carlitos tres horas y media de batalla sin perder la cabeza ni las piernas? Hoy quiero analizar contigo lo que no suelen contar los titulares: el papel invisible pero decisivo de la preparación física específica en hierba —y por qué deberíamos prestarle más atención, tanto amateurs como pro.
La resiliencia del cuerpo (y la mente): claves para sobrevivir un partido largo
El partido fue una montaña rusa: derechas imposibles, breaks salvados al límite y momentos donde cada músculo parecía estar al borde del colapso. Pero ahí estaba Alcaraz, sobreviviendo jugada tras jugada. Esta capacidad de sufrimiento no nace solo del talento; es fruto de un entrenamiento pensado para durar. En deportes como el tenis actual —donde los peloteos largos y explosivos son tendencia— trabajar fuerza-resistencia, velocidad de reacción y recuperación rápida ya no es opcional.
Desde mi experiencia entrenando atletas en situaciones límite, sé que esas repeticiones agónicas en el gimnasio o las series bajo presión mental hacen toda la diferencia cuando llegan los tie-breaks eternos o las mangas decisivas. El tenista moderno debe dominar tanto su cuerpo como su cabeza. Es aquí donde figuras como Carlos Moyá (entrenador de Rafa Nadal) han revolucionado la forma de afrontar partidos maratonianos.
El césped no perdona: adaptaciones imprescindibles en el entrenamiento
El césped tiene mala fama entre los jugadores: resbaladizo, rápido e impredecible. Para muchos españoles criados en arcilla —como yo mismo cuando entrenaba en Málaga— supone salir completamente de zona de confort. Y ahí está parte del mérito extra de Carlitos: adaptar su juego físico a las exigencias del verde británico.

- Propriocepción avanzada: ejercicios con superficies inestables para anticipar cambios bruscos al correr o deslizarse.
- Trabajo excéntrico: fundamental para proteger rodillas y tobillos ante frenadas y arrancadas violentas típicas del césped.
- Sprint cortos + reacción: simulando puntos relámpago e improvisación tras botes raros.
En mi consulta con jugadores jóvenes veo que quienes integran estas rutinas mejoran notablemente sus prestaciones —y previenen lesiones tan temidas antes de Wimbledon.
La ciencia detrás del “modo superviviente”
La clave está en programar cargas variables e incluir “fatiga estratégica” en entrenamientos simulando partidos largos. Según estudios recientes publicados por la ITF, combinar HIIT específico con ejercicios cognitivos eleva tanto la tolerancia al esfuerzo físico como a la presión emocional. Y eso separa a los campeones del resto.
Gestión emocional: cuando los nervios también juegan un tie-break
No podemos hablar solo de músculos: sobrevivir a partidos así exige un control emocional brutal. Viendo los gestos de Alcaraz tras perder bolas decisivas o resistir breaks imposibles noté algo esencial: usa técnicas propias del mindfulness deportivo—respiraciones profundas entre puntos, autodiálogo positivo (sí, esa típica sonrisa suya no es casualidad).
¿Sabías que cada vez más equipos incluyen psicólogos deportivos en sus staff técnicos? No basta entrenar fuerte; hay que aprender a resetearse mentalmente tras cada error o acierto fugaz. Te aseguro (por experiencia personal) que este equilibrio se entrena tanto como cualquier golpeo técnico.
¿Qué puede aprender el deportista amateur?
Vale, puede que tú no te estés jugando Wimbledon mañana… pero sí tu propio partido semanal o ese reto personal contra el crono. El ejemplo de Alcaraz nos deja varios aprendizajes prácticos:

- Entrena variado: mezcla trabajo físico global con sesiones específicas según tu superficie preferida.
- Cuida tus tiempos muertos: aprovecha descansos para recuperar foco mental y energético.
- No temas fallar: los errores forman parte; lo importante es cómo respondes después.
- Rodéate bien: busca consejo profesional si quieres dar un salto real —tu cuerpo (y tu cabeza) lo agradecerán.
Para ampliar trucos aplicables incluso si eres principiante, te recomiendo esta guía práctica sobre prevención de lesiones deportivas.
Conclusión: Queen’s 2024 enseña más allá del ranking
Al final, lo que pasó entre Munar y Alcaraz es una muestra pura del tenis moderno: espectáculo sí… pero también ciencia aplicada al rendimiento humano y un arte sutil para sobrevivir bajo máxima presión. Como entrenador siempre insisto: cualquiera puede mejorar mucho integrando hábitos físicos y mentales sólidos adaptados a su realidad.
No hace falta ser top mundial para descubrir hasta dónde puedes llegar si entrenas “modo superviviente”. ¿Te animas?
Preguntas frecuentes
¿Por qué el césped cambia tanto el rendimiento físico en tenis?
El césped obliga a ajustar desplazamientos por su velocidad y superficie irregular; requiere mejor estabilidad articular y reflejos veloces comparado con tierra batida o pista dura.
¿Se pueden aplicar estos consejos si soy amateur?
Totalmente. Adaptando volumen e intensidad puedes trabajar propriocepción, fuerza excéntrica o gestión emocional igual que los profesionales pero ajustado a tu nivel.
¿Cuál es el mayor error antes de competir?
Descuidar la recuperación mental pensando solo en lo físico; llegar saturado psicológicamente reduce tus opciones aunque estés bien preparado físicamente.
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