¿De verdad los concursantes de Koh-Lanta reciben Coca-Cola antes de competir? Descubre la verdad detrás de este rumor con datos frescos y testimonios únicos.
La leyenda del Coca-Cola en Koh-Lanta: Más mito que realidad
La cultura pop está plagada de mitos que se repiten hasta volverse casi parte del canon. Uno de los más persistentes en torno al icónico ‘Koh-Lanta’ —el reality francés que ha dado la vuelta al mundo— es ese rumor irresistible: “Antes de las pruebas, les dan Coca-Cola para aguantar”. ¿Cuántas veces lo habéis escuchado? Yo confieso que también caí en la tentación de creerlo, especialmente tras esas escenas donde los concursantes pasan semanas bajo el sol, famélicos y cubiertos de arena.
Sin embargo, como buena periodista y fanática de los misterios culturales (y tras horas conversando con técnicos y exconcursantes en festivales de televisión), puedo aseguraros que la verdad es aún más interesante. Vamos a desmontar el mito… ¡con información exclusiva!
¿Quién decide qué beben los concursantes?
Primero, pongamos algo claro: ni Denis Brogniart (presentador carismático donde los haya) ni la productora tienen mano directa sobre lo que beben los participantes antes de las pruebas físicas. Aquí la autoridad suprema es la médica del programa.
Según confesó Denis recientemente en el plató de ‘Quelle époque!’, si un concursante necesita "un pequeño empujón", no se recurre automáticamente al refresco azucarado por excelencia. Lo habitual es un cóctel preparado al momento con fruta fresca y azúcar. Este chute rápido sirve para estabilizar sus niveles energéticos antes del reto.

"La decisión final siempre la toma la doctora", insistió Brogniart.
Como cinéfila empedernida (¡y confesa devoradora de realities!), esta práctica me recuerda a las estrategias tras bambalinas en rodajes extremos: mantener vivo el espectáculo sí, pero ante todo proteger la salud real de quienes participan.
La ética detrás del espectáculo: reglas (muy) estrictas
El otro tema candente —que pocas veces aparece en titulares— tiene que ver con el equipo técnico. ¿Sabías que está terminantemente prohibido comer o incluso mascar chicle delante de los concursantes? El objetivo: no romper nunca la ilusión y no generar desigualdades injustas entre quienes luchan por arroz día tras día.
Denis mismo relató con humor cómo hasta él lleva reloj… pero desconfigurado: “¡Ni os molestéis en mirarlo!”, advierte cada inicio de temporada. Para mí, esto revela una obsesión muy sana por cuidar tanto el juego como su credibilidad pública.
- Nada de comida visible
- Prohibido mostrar relojes útiles
- Discreción absoluta del equipo
Estos detalles hacen aún más fascinante el microcosmos televisivo que crea ‘Koh-Lanta’. Se trata —literalmente— de crear una burbuja donde tiempo y hambre se experimentan casi como en un experimento social antropológico.
¿Por qué fascina tanto el debate sobre las ayudas?
Hay algo profundamente humano en debatir si los héroes modernos reciben o no pequeñas trampas. En una sociedad tan hiperconectada como la nuestra —donde hasta los realities pueden ser diseccionados frame a frame por fans apasionados en foros— buscamos certezas absolutas sobre lo “auténtico”.
Pero como demuestran tanto las declaraciones oficiales como las experiencias recogidas por quien escribe (incluyendo charlas informales con insiders durante pases de prensa), no hay espacio para atajos dudosos. Todo está medido para garantizar espectáculo y seguridad sanitaria… sin perder nunca ese toque salvaje e imprevisible.
Para profundizar aún más en estas cuestiones éticas dentro del reality show moderno os recomiendo leer este reportaje del Canal+ sobre psicología televisiva o este análisis sobre realidad vs ficción en TV española.
El poder simbólico del hambre televisado
Como amante del arte contemporáneo siempre he pensado que realities tipo ‘Koh-Lanta’ funcionan casi como performances colectivas retransmitidas. El hambre, la incertidumbre temporal y esos pequeños gestos (un sorbo extra antes del esfuerzo titánico) refuerzan una narrativa sobre supervivencia moderna. No hablamos solo de entretenimiento superficial; estamos ante laboratorios emocionales donde exploramos nuestros propios límites desde casa.
Por eso estos rumores nunca mueren: porque queremos vernos reflejados en esos aspirantes a Robinson Crusoe modernos… pero también fantaseamos con descubrir sus secretos mejor guardados.
Reflexión final: ¿cuánto show necesitamos para sentirlo real?
Koh-Lanta sigue inspirando debates intensos porque juega con nuestros deseos duales: buscamos autenticidad absoluta y espectáculo máximo al mismo tiempo. El reto —para productores, presentadores e incluso espectadores atentos— es equilibrar ambos mundos sin traicionar ninguno.
Como crítica cultural (y eterna curiosa), seguiré investigando entre bastidores todo lo que ocurre fuera de plano para contároslo aquí primero. Y tú, ¿qué otra leyenda te gustaría desmontar sobre tus realities favoritos? ¡Déjamelo saber! Nos vemos frente a la pantalla… o quizá compartiendo un cóctel improvisado bajo el sol tropical ficticio.
Preguntas frecuentes sobre bebidas y reglas en Koh-Lanta
¿Dan Coca-Cola realmente a los concursantes antes de cada prueba?
No exactamente; solo cuando lo autoriza la médica responsable y normalmente prefieren darles un cóctel energético con frutas y azúcar para evitar bajadas bruscas de energía.
¿El equipo técnico puede comer delante de los concursantes?
Está completamente prohibido; ni siquiera pueden masticar chicle o mostrar comida visible durante el rodaje para no romper la dinámica psicológica ni favorecer comparaciones incómodas.
¿Por qué nadie lleva reloj salvo Denis Brogniart?
El reloj está permitido únicamente al presentador como accesorio decorativo, pero nunca marca la hora real para mantener a todos sumidos en esa burbuja temporal única del juego.