¿Linux y 'Prince of Persia' juntos? Descubre cómo un videojuego influyó en el nacimiento del kernel más famoso según Linus Torvalds. ¡No te lo imaginas!
El inesperado origen gamer de Linux
A veces la historia de la tecnología no se escribe en pizarras repletas de fórmulas o laboratorios llenos de científicos, sino en habitaciones modestas donde alguien dedica horas a pasar niveles imposibles. Así empezó el viaje de Linus Torvalds, creador de Linux: con una obsesión por ‘Prince of Persia’ y la necesidad (nada menor) de tener su propio espacio para jugar.
Esta anécdota suele pasar desapercibida cuando hablamos del impacto global del kernel más influyente de todos los tiempos. Pero justo ahí está el detalle que lo hace tan humano: antes de transformar el software libre, Linus era un joven universitario con ganas de aprender… y también de viciarse como cualquier gamer noventero.
El contexto: Finlandia, inicios de los 90 y un Sinclair QL al límite
Linus vivía en Helsinki con su madre, su hermana y un gato curioso. Tenía un Sinclair QL —una máquina legendaria pero ya obsoleta— que exprimió hasta el final programando en ensamblador. Como muchos desarrolladores autodidactas sabemos: cuando algo se queda corto, buscas nuevas herramientas aunque cueste sudor (y muchas veces deuda estudiantil).
El detonante llegó tras un curso sobre Unix y C en la universidad. Leyó el clásico "Sistemas Operativos" de Tanenbaum y se enganchó a Minix, pero conseguirlo desde Finlandia era otro cantar. ¿La solución temporal? Usar MS-DOS y ese PC AT-386 recién adquirido (¡a plazos!). Mientras esperaba Minix, tenía dos opciones: frustrarse o aprovechar para explorar… o mejor dicho, perderse en las mazmorras pixeladas del juego más adictivo del momento.

Prince of Persia: el culpable inesperado
¿Qué tiene que ver ‘Prince of Persia’ con Linux? Mucho más de lo que imaginamos. Linus pasó el 70% de enero y febrero del 91 jugando sin parar. Ese tiempo invertido no solo le permitió dominar cada truco del juego; también le sirvió para conocer a fondo su nueva máquina Intel 386.
Cuando por fin llegó Minix —el SO académico precursor— ya había terminado el juego pero no estaba dispuesto a borrarlo. Aquí surge uno de esos momentos épicos poco contados: Linus inventó un sistema dual-boot casero para alternar entre MS-DOS (para jugar) y Minix (para programar). ¿Te imaginas si hoy tuvieras que crear tu propio arranque múltiple solo para no dejar tu partida guardada?
De la frustración al cambio: cuando Minix no fue suficiente
En marzo logró instalar Minix-386… pero pronto quedó claro que no le bastaba. Era limitado comparado con las estaciones Sun que había conocido en la universidad. ¿Su reacción? No resignarse: comenzó a experimentar en modo protegido con su propio código para sacarle todo el jugo al hardware.
Ese proceso experimental desembocó rápidamente en lo que después conoceríamos como Linux. Y sí: la necesidad técnica fue clave, pero también esa motivación lúdica y personal por seguir jugando sin sacrificar sus avances académicos.
La predicción fallida… y una lección sobre humildad tecnológica
Cuando Linus anunció Linux en Usenet aquel agosto del 91 lo hizo con cautela: "no será grande ni profesional como GNU". Menuda paradoja vista desde hoy: ese proyecto "amateur" terminó revolucionando servidores, supercomputadoras e incluso nuestros móviles Android.

Hay algo refrescante aquí para quienes trabajamos creando tecnología o compartiendo conocimiento: incluso los grandes pueden errar en sus predicciones y empezar proyectos legendarios motivados por cosas tan simples como disfrutar un videojuego.
“No idealices a tus ídolos tecnológicos; suelen ser tan gamers como tú”. – Lars Wirzenius (conferencista y amigo de Linus)
Lecciones ocultas para developers actuales (y gamers empedernidos)
Como ingeniero he visto este patrón infinidad de veces:
- Las mejores ideas nacen muchas veces por accidente o diversión.
- Aprender explorando —no sólo estudiando— acelera tu dominio técnico.
- No subestimes pequeños problemas personales; pueden ser catalizadores históricos.
- Un dual-boot bien hecho puede marcar la diferencia… literal.
Hoy es mucho más fácil instalar múltiples sistemas operativos gracias a herramientas como GRUB, o correr juegos retro mediante emuladores open source tipo DOSBox. Pero nunca debemos olvidar que gran parte del avance tecnológico viene impulsado por pasiones inesperadas… y ratos libres convertidos en pura creatividad.
El lado humano tras los mitos tecnológicos: ¿qué nos inspira realmente?
Esta historia me recuerda por qué insisto tanto en mis talleres sobre aprender divirtiéndose y no perder la curiosidad lúdica. La tecnología es poderosa porque mezcla lógica con deseos muy humanos —desde pasar niveles imposibles hasta querer compartir algo útil con los demás.
En Latinoamérica abundan casos similares; jóvenes autoformados crean soluciones brillantes partiendo desde cybercafés o salas familiares abarrotadas de cables y sueños geeks. Lo importante es recordar siempre el motor inicial: curiosidad + pasión + necesidad = innovación real.
Así que si alguna vez te da culpa perderte unas horas entre juegos o side-projects aparentemente inútiles… piensa en Linus Torvalds pasando noches enteras frente al DOS solo para mantener vivo su ‘Prince of Persia’. A veces ahí nacen las próximas revoluciones digitales.
Preguntas frecuentes sobre el origen gamer de Linux
¿Por qué Linus Torvalds usó MS-DOS antes de crear Linux?
Usó MS-DOS porque mientras esperaba conseguir Minix (que era difícil conseguir en Finlandia), necesitaba algún sistema operativo funcional para su nuevo PC AT-386; además así podía jugar ‘Prince of Persia’.
¿Fue necesario crear un dual-boot solo por un videojuego?
¡Exactamente! Para no perder acceso al juego después de instalar Minix, Linus implementó un arranque doble casero entre MS-DOS y Minix, precursor indirecto del arranque múltiple moderno.
¿Qué impacto tuvo este periodo gamer en la creación de Linux?
Además del aprendizaje profundo sobre hardware x86 durante sus partidas maratonianas, esta etapa alimentó su inconformismo ante las limitaciones existentes y propició ese espíritu hacker tan característico del movimiento open source actual.
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