¿Qué pasa cuando Baby Steps convierte andar en una odisea? Te cuento por qué es mucho más que un simple juego frustrante.
Baby Steps: andar nunca fue tan difícil… ni tan revelador
Si llevas tiempo en el mundillo indie o has probado joyas como "Getting Over It with Bennett Foddy" o "Only Up!", probablemente pienses que ya nada puede sorprenderte en cuanto a juegos absurdamente difíciles y existencialistas. Pero entonces llega Baby Steps y, sinceramente, te obliga a replantearte hasta la cosa más básica: caminar.
Como desarrollador y crítico de videojuegos que ha jugado de todo —desde plataformas imposibles hasta simuladores narrativos— os aseguro que hacía años que no me sentía tan inútil (en el mejor sentido) frente a un mando. Y eso, amigos y amigas, es justo lo que hace a este título brillante… y frustrante a partes iguales.
Un protagonista muy real para tiempos muy reales
En Baby Steps tomamos el control de Nate, un hombre de 35 años sin trabajo ni aspiraciones, mantenido por sus padres y entregado al noble arte del pijama. Puede sonar grotesco o cómico —y lo es— pero ahí reside parte de su magia: Nate encarna esa sensación generacional de estancamiento vital con la que muchos se identifican en 2024.
La narrativa no se esconde tras metáforas rebuscadas ni épicas artificiales. Es cruda y honesta: estás tirado en el sofá viendo anime y pizza fría… cuando de repente no sabes ni andar. Sí, así tal cual. Un golpe de realidad envuelto en humor absurdo que refleja los bloqueos mentales actuales mucho mejor que cien discursos motivacionales.

La mecánica más tonta… y reveladora del año
Podría pasarme horas hablando del sistema de control, pero sólo hay una palabra clave: frustración. Aquí cada paso requiere precisión milimétrica usando los gatillos y sticks; levantar el pie izquierdo con el gatillo izquierdo, apuntar dónde ponerlo con el stick… ¡y reza para no caerte!
No es solo torpeza digital: hay una lección oculta en cada caída. El juego traduce la ansiedad cotidiana —esa parálisis ante retos mínimos— en mecánicas puras. Tras más de una docena de Game Jams puedo decir que pocos juegos logran integrar emoción y jugabilidad así. No avanzas porque eres malo jugando; avanzas porque aprendiste (a base de golpes) cómo funciona tu propio ritmo.
¿De verdad necesitamos juegos así?
Sí. Porque nos recuerdan algo fundamental: la vida adulta consiste, muchas veces, en dar pequeños pasos torpes e incómodos sin tener ni idea de hacia dónde vamos… pero avanzando igual.
Entre la sátira social y el reto psicomotriz
El tono humorístico nunca deja de lado una crítica social afilada: Nate es reflejo exagerado del síndrome del eterno adolescente tan presente hoy en día (la generación del “ya mañana lo hago”). No es casualidad que Baby Steps triunfe entre jugadores treintañeros o incluso más veteranos; habla nuestro idioma cultural.
Las conversaciones absurdas dentro del juego —como negarse a aceptar unos zapatos por pura desgana— son un espejo distorsionado pero reconocible de excusas cotidianas para no salir de nuestra zona de confort. El propio diseño recuerda al meme viral “adulting is hard”, elevado aquí al nivel interactivo máximo.

Además, la ambientación ayuda a crear ese clima casi tragicómico: pasas del calor hogareño del sofá al frío hostil de una cueva sin saber bien por qué (ni cómo vas a volver). Me recordó inevitablemente aquellos debates acalorados en foros sobre cómo los videojuegos modernos han normalizado retratar problemas reales bajo capas surrealistas.Una tendencia creciente según The Guardian.
La comparación inevitable: Baby Steps vs Getting Over It vs Only Up!
Sería injusto decir que Baby Steps copia sin más lo visto en otros títulos frustrantes virales; aquí hay intención narrativa detrás del sufrimiento lúdico. Mientras "Getting Over It" apostaba por la filosofía zen ante el fracaso y "Only Up!" explotaba el vértigo físico-digital, este nuevo indie nos da excusas cómicas para volverlo a intentar (“no sé si esto es castigo o aprendizaje vital”, dice Nate).
Y aunque parezca menos exigente técnicamente —la física es más terrenal— su dificultad viene precisamente del control hiperrealista e intencionadamente torpe. En Twitch he visto a jugadores celebrar avanzar tres metros como si hubieran ganado un torneo eSports; esa catarsis micro-dramática sólo la consigue un diseño hecho con mucha mala leche… y mucho amor por los detalles absurdos.
Consejos prácticos para sobrevivir al desastre (con dignidad)
- Paciencia extrema: No subestimes lo difícil que puede ser poner un pie delante del otro cuando todo depende de ti (literalmente).
- Prueba-error aceptada: Aquí caerse forma parte del proceso; aprenderás más fallando que acertando.
- No ignores los diálogos: El humor irónico te sacará alguna carcajada incluso después del décimo batacazo.
- Comparte tu experiencia: Grabarte jugando puede ser hilarante; algunos clips virales han nacido gracias a estos momentos tan humanos.
- Reflexiona: Si sales con ganas de ordenar tu habitación después… algo ha hecho clic dentro.
- Para estrategias adicionales puedes encontrar tutoriales útiles tanto en Reddit como en canales dedicados.
¿Por qué deberías probar Baby Steps aunque odies perder?
Porque pocas veces un videojuego te lanza un mensaje tan directo disfrazado de comedia negra: avanzar cuesta trabajo real (y sí, está bien sentirse perdido). El aprendizaje va mucho más allá del dominio técnico; se trata también de aceptar tus propias limitaciones sin castigarte demasiado por ello.
He jugado títulos “difíciles” durante años pero ninguno me ha hecho reflexionar tanto sobre mi propia rutina diaria como Baby Steps. Su absurda propuesta se cuela poco a poco bajo la piel hasta contagiarte esas ganas (irracionales) de dar otro intento cada vez que fallas… ¡aunque sea solo para poder seguir riéndote un rato!
Preguntas frecuentes sobre Baby Steps y su impacto personal
¿Qué hace único al gameplay de Baby Steps?
El sistema manual para controlar cada pierna simula aprender a caminar desde cero; ningún otro juego reciente ha llevado esta idea tan lejos mezclando reto físico y psicológico.
¿Es realmente tan difícil como dicen?
Sí, especialmente las primeras horas donde sientes estar peleando contra tus propios reflejos básicos. Sin embargo, con paciencia cualquier jugador puede mejorar notablemente.
¿Recomiendas Baby Steps para quienes buscan reflexionar sobre su vida?
Absolutamente; tras varias partidas es casi imposible no hacer paralelismos entre las caídas virtuales y los tropiezos cotidianos fuera del juego.
🤖 Artículo generado por nuestra IA — revisado con estilo HYPEYA.