¿Sabías que Sylvester Stallone pagó de su bolsillo la escena aérea más peligrosa del cine? Descubre los secretos y locuras tras 'Máximo riesgo'.
Cuando Hollywood se jugaba la vida (y la cartera)
Hay historias en el cine que parecen leyendas urbanas, pero algunas superan cualquier ficción. Hace poco revisité ‘Máximo riesgo’ (1993), esa joya adrenalínica dirigida por Renny Harlin donde Sylvester Stallone desafía precipicios helados y villanos con mirada de acero. Pero lo que realmente me hizo detenerme no fue solo el vértigo de las montañas Rocosas: fue descubrir que una de sus escenas emblemáticas costó un millón de dólares… ¡del propio bolsillo de Stallone! ¿La razón? Hacer historia en el aire sin trampa ni cartón digital.
El récord Guinness que Tom Cruise aún sueña con batir
Muchos admiramos a Tom Cruise por sus acrobacias reales –ese salto HALO en ‘Misión Imposible: Fallout’ sigue grabado en mi retina– pero hay algo casi poético en el récord que sostiene Stallone. La escena aérea de ‘Máximo riesgo’, reconocida por el Guinness World Records como la más cara jamás rodada, no solo puso los pelos de punta al público: dejó helados incluso a los propios especialistas.
Simon Crane, considerado una leyenda del stunt mundial, cruzó a 4.572 metros de altura entre dos aviones sin cables de seguridad (¡solo con paracaídas!). No había CGI ni segundas tomas posibles: era ahora o nunca. El resultado fue tan espectacular como peligroso; Crane rebotó contra el fuselaje y casi acaba contra los motores antes de lanzarse al vacío.
Una apuesta personal: arte o locura
Como periodista cultural he hablado mil veces del compromiso artístico, pero lo de Stallone va un paso más allá. Decidir recortar tu salario para financiar una sola escena parece cosa de genios (o temerarios), y quizá ambas cosas conviven en Sly. En los 90, cuando un presupuesto de 70 millones ya era estratosférico para Hollywood, nadie quería asumir ese riesgo financiero extra… salvo él.

Este gesto encierra una reflexión brutal sobre hasta dónde pueden llegar los creadores cuando creen ciegamente en su proyecto. Yo misma he visto directores hipotecar su casa por rodar un cortometraje; imagina escalar eso a blockbusters internacionales. Es la diferencia entre hacer cine-empresa o cine-pasión.
El legado real frente al CGI moderno
Hoy vivimos rodeados de efectos digitales capaces de hacernos creer lo imposible –de Marvel a las últimas entregas imposibles– pero aquella secuencia analógica tiene una verdad física irrepetible. Cada vez que veo esa maniobra imposible me acuerdo del sudor frío detrás de las cámaras; no es solo acción visual, es acción vital.
Por eso me fascina comparar esta proeza con las hazañas actuales. ‘Misión Imposible: Sentencia final’ (2025) incluye otra transición aérea entre avionetas protagonizada por Ethan Hunt (Tom Cruise). Pero aunque Cruise arriesga mucho físicamente –¡y eso siempre lo respeto!– los sistemas modernos y supervisión digital han cambiado radicalmente el juego.
No se trata solo de nostalgia: es constatar cómo ha evolucionado nuestra relación con el peligro y la autenticidad cinematográfica. Hoy es raro encontrar estudios dispuestos a permitir semejante locura logística y humana.
La secuela inesperada… ¿podrá igualar la adrenalina?
Ahora sabemos que ‘Máximo riesgo’ tendrá continuación: Lily James y Pierce Brosnan tomarán el relevo bajo la dirección del catalán Jaume Collet-Serra en ‘Cliffhanger 2’. La trama promete tensión familiar y paisajes alpinos dignos del mejor thriller europeo, pero sin Stallone involucrado… ¿será capaz este reboot espiritual de recuperar aquel pulso entre vida real y espectáculo?
La nueva protagonista, Naomi, debe superar traumas pasados para salvar a su familia tras un secuestro –un giro más cercano al cine psicológico actual que al puro músculo noventero–. Me intriga ver cómo se conjuga esa herencia legendaria con sensibilidades contemporáneas donde la acción física es solo parte del viaje emocional.
Por qué seguimos hablando (y soñando) con estas escenas extremas
Quizás sea porque necesitamos héroes tangibles en tiempos digitales o porque nos recuerdan que detrás del blockbuster existen decisiones humanas arriesgadas e irrepetibles. Como crítica cultural y amante declarada del cine clásico adoro encontrar relatos así: desmitifican la imagen aséptica del gran Hollywood moderno.
¿Podrán las nuevas generaciones apreciar estos hitos si todo parece posible gracias a un ordenador? Quizá sí… si les contamos bien las historias detrás de cámaras y les mostramos que lo épico también sucede fuera del plano visible.
Si quieres profundizar aún más sobre cómo cambian las técnicas cinematográficas te recomiendo este artículo sobre la evolución del stunt en Hollywood (en inglés) y otro imprescindible sobre las mejores escenas reales sin dobles.
Preguntas frecuentes sobre la escena más cara y peligrosa del cine
¿Cuánto costó realmente la escena aérea mítica de ‘Máximo riesgo’?
El salto entre aviones costó un millón de dólares adicionales al presupuesto general; Sylvester Stallone pagó esta cifra personalmente para lograrlo sin CGI.
¿Quién realizó la acrobacia y cuáles fueron los riesgos?
El especialista Simon Crane ejecutó la maniobra sin cables ni efectos digitales, únicamente equipado con paracaídas; estuvo muy cerca de accidentarse al chocar varias veces con el avión receptor antes de saltar.
¿La secuela contará con escenas igual de arriesgadas?
Aunque se espera acción impactante en ‘Cliffhanger 2’, hoy predomina una mayor seguridad gracias a tecnologías avanzadas y menos margen para peligros extremos como aquellos rodajes noventeros.