¿Sabías que en el set de Popeye todos estaban 'volando'? Descubre los secretos y locuras tras este icónico rodaje con Robin Williams.
El mito de Popeye: más allá de los espinacas
Pocas películas tienen una leyenda tan delirante detrás de cámaras como Popeye (1980), ese musical excéntrico donde Robin Williams debutó en cine. Y créeme, la historia real es mucho más jugosa —y bizarra— que lo que se suele contar en los blogs de cine.
Hace apenas unos meses, Barry Diller, el todopoderoso presidente de Paramount en esa época (sí, quien aprobó joyas como Grease y Indiana Jones), confesó en sus memorias algo explosivo: “Todo el mundo estaba colocado”. No sólo eso—¡la cocaína llegaba al set escondida en latas de película! ¿Exageración? Varios testimonios confirman que aquel verano maltés fue un auténtico carnaval… pero vayamos paso a paso.
Malta 1980: un caos glorioso disfrazado de musical infantil
Imagina aterrizar en Malta y toparte con un pueblo completo construido solo para la película —esos escenarios siguen ahí y hoy son atracción turística (visita aquí). El calor del Mediterráneo chocaba con la presión extrema de Disney y Paramount: dos gigantes esperando un megaéxito con sabor a nostalgia animada.
Pero nada salió como esperaban. Robert Altman (director legendario por su irreverencia) fomentó un ambiente caótico e improvisado. Robin Williams y Shelley Duvall ensayaban canciones delirantes mientras los técnicos luchaban contra decorados endebles y scripts cambiantes a diario. ¿El resultado? Una energía desbordante… aunque no siempre natural.

La verdad sobre las drogas en el set: testigos y contexto histórico
No podemos juzgar al pasado con ojos actuales: principios de los ochenta fue una época donde la cocaína circulaba sin tapujos por Hollywood. Lo impactante aquí es la logística casi cinematográfica para introducirla en el set desde Los Ángeles hasta Malta—literalmente oculta entre carretes de película.
Algunos actores han contado cómo esas jornadas podían arrancar ‘frescos’ pero terminaban siendo surrealistas. La influencia era tal que varios técnicos recuerdan errores hilarantes y secuencias rodadas al revés (de ahí la famosa frase sarcástica de Robin Williams: “si ves mi película al revés, tendrás un guion”).
No obstante, sería injusto reducirlo todo a las sustancias. Parte del encanto errático del filme provino también del estilo ‘anti-Hollywood’ de Altman y la química imprevisible entre los actores. Aquí puedes leer más sobre el contexto cultural del cine ochentero.
¿Fracaso o culto? Por qué Popeye sigue siendo fascinante 45 años después
A nivel comercial, Popeye fue rentable pero decepcionó a los estudios: recaudó $60 millones cuando soñaban con cifras tipo Star Wars. Sin embargo, lejos de ser olvidada, la cinta ha adquirido estatus casi mítico por su rareza estética y ese aire punk involuntario.
Muchos fans encuentran irresistible ver a Robin Williams antes del estrellato total —con prótesis faciales grotescas y movimientos frenéticos— creando una especie de parodia surrealista del héroe animado. La relación entre él y Shelley Duvall (inolvidable Olive Oyl) es tan absurda como entrañable.
Hoy en día, las generaciones jóvenes redescubren esta joya imperfecta gracias a memes, TikToks nostálgicos e incluso análisis feministas sobre Olive Oyl como anti-princesa Disney. En España y LATAM se ha revalorizado su espíritu anárquico frente a productos animados convencionales.
Secretos poco conocidos del rodaje (que no te contarán en Wikipedia)
- El pueblo construido para la película costó casi tanto como toda la producción italiana de ese año.
- Durante semanas enteras, ningún actor sabía realmente si estaban grabando escenas importantes o simplemente ensayando tomas fallidas —Altman era así.
- En las fiestas post-rodaje se improvisaron conciertos con músicos locales… ¡y algún cameo secreto apareció luego en los créditos!
- Varios planos exteriores debieron repetirse porque las olas arrastraban partes del decorado al mar (algo inaudito para Disney).
¿Qué nos enseña hoy el caos creativo de Popeye?
En un mundo donde todo blockbuster parece calculado hasta el último frame, revisitar Popeye es asomarse a una era más salvaje —donde el arte podía ser accidentado pero auténtico. El filme simboliza cómo grandes talentos bajo presión pueden crear algo único… aunque nadie entienda muy bien qué salió mal o bien.
La próxima vez que veas esos músculos postizos o escuches "I yam what I yam", recuerda todo lo que ocurrió tras bambalinas. A veces los errores más épicos son justo lo que da vida eterna a una obra pop…
Preguntas frecuentes sobre el rodaje loco de Popeye (1980)
¿Por qué eligieron Malta para grabar Popeye?
Malta ofrecía paisajes pintorescos y facilidades fiscales atractivas para Hollywood. Además, permitía construir desde cero el pueblo ficticio sin restricciones urbanísticas típicas.
¿Es cierto que había drogas circulando durante todo el rodaje?
Sí; tanto testimonios directos como recientes declaraciones ejecutivas confirman que la cocaína era habitual en aquel set—reflejo también del ambiente generalizado en Hollywood ochentero.
¿Cuál fue la reacción inicial del público ante Popeye?
El estreno generó críticas mixtas; algunos celebraron su creatividad visual mientras otros lamentaron su guion caótico. Con los años se ha convertido en cinta de culto por su rareza absoluta.